lunes, 8 de diciembre de 2014

PRIMER BESO

Déjame que te cuente...

Con tan solo catorce años el amor llamó a mi puerta. 
No lo reconocí como PRIMER AMOR, pues no se puede reconocer lo que no se conoce. Solo sabía que cada vez que me miraba a los ojos me ruborizaba y cuando me cogía de la mano sentía que andaba sobre nubes y volaba de felicidad 

Como era de esperar, después de muchos paseos "flotantes", llegó el día que intentó besarme en la parada del autobús. 
Dí gracias al cielo por ver aparecer el enorme vehículo y subí despavorida, evitando con bromas y prisas sus labios carnosos. 

Cuando llegué a casa le pedí a mi hermana, con mucha vergüenza y convencida de que me se reiría de mí, que me enseñara a besar en la boca. Ella, con la naturalidad de una adolescente con novio de esos de toda la vida, tomó su mano y se la colocó en la boca besándola con ternura. No parecía muy complicado. 

Al viernes siguiente después de clase, camino al parque donde habíamos quedado toda la pandilla, recorrí toda la avenida besando el dorso de mi mano practicando el beso más romántico...




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